Mediante la utilización de dicha técnica disminuye la ansiedad y el nerviosismo del paciente y el odontólogo puede trabajar mucho mejor sabiendo que la persona está relajada y con todo el confort posible.

La relajación se consigue mediante una mezcla de oxígeno y óxido nitroso que el paciente inhala. El óxido nitroso actúa como un analgésico que relaja el sistema nervioso central, sin ningún efecto secundario para la respiración o las mucosas y sin ninguna alteración cardiovascular. Se trata de un gas poco soluble en sangre que penetra con facilidad en el organismo con una baja metabolización y que solo actúa en el sistema nervioso.

Esta técnica está especialmente indicada en niños, pacientes con ansiedad y en algunas cirugías con varias horas de duración.

Nos hemos equipado con la tecnología más avanzada para conseguir los mejores resultados. Pero todo ello, sin perder la calidez humana necesaria para crear una buena relación médico-paciente.

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